jueves, septiembre 21, 2006

Lluvia

Escucha el rumor de la lluvia. Llueve, sí. Los cristales están empapados de infinitas gotas húmedas de reflejos, llenos de la luz gris que se filtra hasta tu pelo dormido en el hueco del sofá. Tan dormido como tus párpados, tu boca, la expresión ausente y en paz de tu rostro, tus manos, el acompasado murmullo que se escapa de tu pecho.Casi querría ser el cálido sofá para acunarte yo también en esa dulce ignorancia del mundo, en esa tranquilidad insospechada que puebla tu mente y tu cuerpo, en esa fusión de todo y nada que seríamos, todo el espacio que abarca el alma unida que somos, y nada, el impacto que eso tendría sobre el devenir del tiempo y la vida que envuelve la ciudad.
Los coches atronan el silencio con el estallido torpe de sus claxon, las sombras trazan juegos extraños en los charcos que pueblan el asfalto, no hay voces en las aceras, casi no hay paraguas, mientras tus manos quietas dibujan caricias tan inciertas en el aire que casi las siento. Inmóviles, se despliegan sobre mí y caen suaves en la serenidad con que te miro, en la ternura de mis ojos que tú no puedes ver.
Siento que podría hablarte de todo y de nada, de ese cielo que se esconde tras la ventana y de cualquier secreto que pudiera habitar en mi alma. Siento que podría acompañarte hasta cualquier infierno al que tuvieras que ir, tanto si me lo pidieras como si no. Que escucharía tus palabras hasta el mismo día que la muerte las cortara durante todas las horas de mi vida que duraran. Y vendería mi alma después para seguir sintiéndolas en mí durante toda la eternidad.
Son jirones de mi corazón que se hacen eco en mi garganta sin pronunciar sonido alguno, y que tú no oyes, al igual que las nubes que asienten en silencio mis divagaciones sin oír del todo el murmullo que se pierde de tus sueños hasta mí, rodando por todo el sofá, y la casa, rebotando en la paredes y volviendo a entrar en tí, tocado por mí, saboreado en mis iris que brillantes miran a esa ciudad mojada que nos acoje a mí y a tí. La única ciudadana que para mí realmente existe.
Es como si todo me dijese que las cosas que sé de esta vida no son muchas, que el alma me queda demasiado grande y a veces las ideas también. Pero mis manos son lo suficientemente fuertes para cogerte, mis brazos lo bastante grandes para abrazarte, mi mirada lo bastante profunda para entenderte y mi corazón todo lo hondo que puede ser para amarte. Tal vez en la átmosfera en que lo pienso tú también puedas sentirlo. Estamos respirándola las dos.
Un autobús rojo como la sangre cruza un paso de peatones, le sigue un taxi lleno de gente a bordo. Esa gente nunca conocerá la indescriptible sensación de tus manos revolviéndome el pelo, despacio, de tus labios inventando un beso, ó tus pies fríos abrigándose contra el calor de los míos en la cama.
Es que la vida es extraña, ¿sabes?. La vida te dá un sinfín de miedos que guardar y a la vez un ángel como tú que ensombrece cualqier duda de que no exista la luz. Y más allá, te da la posibilidad de que tú también te conviertas en un ángel para otro ser. Me pregunto si tú también lo crees, y algo, me dice que sí.
Puede que el mismo algo que hace que me acerque a tí y me cuele entre tu espalda y el respaldo.
Lo mismo que hace que te abrace.
Y que tú te acurruques hacía mí inconscientemente, y yo me duerma, y la lluvia siga cayendo persistente sin importarnos ni a tí ni a mí, y ésa gente que pasea por la calle lo haga sin saber que pasan a nuestro lado, mientras las últimas luces del día se apagan cuando el ocaso sólo es ya una mota de polvo en el horizonte, mientras quizás tú sueñes con que te abrazo y pienses lo infinitamente maravilloso de sentir lo que sentimos.

domingo, septiembre 17, 2006

Enamorarse...

¿CUáNDO LO SABES?
Lo sabes cuando besas a alguien y desaparece todo lo que tienes alrededor, y lo único que existe eres tú y esa persona. Te das cuenta de que a esa persona, es al único hombre, al que tienes y quieres besar por el resto de tu vida.. y sientes por un momento algo asombroso.. y quieres reir y también llorar.. te inundas de felicidad por encontrarlo y te invade el temor de que se pueda marchar al mismo tiempo..
Y yo, lo he encontrado.. Te quiero..

jueves, septiembre 14, 2006

Nescencia necat

· La ignorancia mata ·
Cuánto más claros y transparentes somos, más oscura es la imagen que nos devuelve nuestro negativo.. No te fíes de los buenos, ellos tienen un lado oscuro más peligroso..
Cualquiera puede ser un psicópata, un día salta un click en tu cerebro y todo cambia por dentro, aunque aparentemente sigamos siendo los mismos.. todos somos producto de una mala tarde..

miércoles, septiembre 06, 2006

Alucinante

PLATERO Y Tú
No sé si es cierto lo que he visto o es el efecto de una droga ¡Qué bien! hoy todo es tan distinto.. parece que el mundo funciona. La gente ya no siente miedo, las sombras tienen mil colores, el viento barre los problemas y en las pistolas crecen flores. Y es que es tan alucinante, que hace días que no duermo por si acaso al despertarme creo que todo ha sido un sueño. Porque nacemos indefensos, nos dan un nudo en el ombligo, luego nos kitan nuestros sueños y nos confunden el camino. Maldigo a todos esos locos que quieren gobernar la vida sin las palabras del poeta y sin las manos del artista. Y es que es tan alucinante, que hace días que no duermo por si acaso al despertarme creo que todo ha sido un sueño.

domingo, septiembre 03, 2006

Amor

Tradicionalmente se considera el amor como un conjunto de sentimientos que intensifican las relaciones interpersonales del ser humano que, partiendo de su propia suficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse protector y bueno para fomentar su sensación de plenitud al compartir. Bajo esta perspectiva, es una sensación que la mayor parte de las veces ayuda a aumentar la autoestima y el estado de felicidad.
Partiendo de esta base, se diferencia el sentimiento de deseo romántico, del cual se deriva el 'querer': 'Yo te quiero', es lo mismo que decir 'yo te deseo' o 'sin ti no puedo vivir'. Evidencia un sentimiento de dependencia e insuficiencia propia, el cual hace que el uno dependa del otro al igual que el hombre depende del aire para vivir.
El amor y el deseo están íntimamente unidos, y por norma general el amor es resultado de una experiencia continua de satisfacciones constantes y aprecio por la persona a la cual satisfacemos y a la vez nos satisface, creando una relación retroalimentada. La infelicidad en las relaciones amorosas, suele ser por confundir el amor con el deseo, basar la relación únicamente en la satisfacción y no en principios. Las relaciones basadas en el deseo suelen crear personas dependientes e inútiles por sí mismas. Por el contrario las que se basan en el amor suelen reforzar el sentimiento de autoestima de los individuos que componen la relación.
También podemos verlo desde otro punto de vista, el amor es un arte, y como tal una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud.
El amor es un estado mental que crece o decrece dependiendo de como se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores que son más o menos conocidos, ya sea por el comportamiento de la persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).
Por otro lado, en las relaciones del hombre con su medio, el amor puede significar uno o más de uno de las siguientes manifestaciones de la palabra "amor", todos ellos relacionados en mayor o menor grado. Por ejemplo:
  1. Amor entre familiares: Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento de que somos lo que somos gracias a parte de nuestra familia. Amor de un padre a un hijo, etc.
  2. Amor hacia los amigos: Nace de la necesidad del hombre de socializar.
  3. Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano nos colmará de satisfacción y producirá verdadera felicidad. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de nuestra expectativa, definida en nuestra psiquis.
  4. Amor sexual (deseo).
  5. Amor al prójimo: Nace del uso de la facultad de la mente de empatizar.
  6. Amor a los animales: Nace en la necesidad que todos tenemos de sentirnos protectores de alguien más indefenso que nosotros.

(Hay más tipos de amores... pero estos ya me valen.. )

Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo consciente o inconsciente hacia alguien o algo o la realización de sus objetivos.Algunos idiomas, como en el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor mejor que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y amor afectivo o familiar respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas, históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional) siendo utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico).

sábado, septiembre 02, 2006

Ansiedad en los exámenes

Hoy empezaron los exámenes.. para ser más concretos, ayer. ¡Qué suerte! maldita ironía..

La ansiedad ante los exámenes, ¿Quién no la sufre? Para mi es algo más del ritual en época de exámenes, es algo que cuesta controlar llegados a este punto. Este estado consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos sentimos ante los exámenes. Este miedo, podríamos decir que no es un miedo irracional, no en vano la actuación en ellos, exámenes, determina gran parte de nuestro futuro académico. Aunque no desencadena un problema hasta que esta ansiedad al final se da en niveles tan elevados que interfiere seriamente en nuestra vida personal, y ahí si que estamos perdidos. Esta ansiedad ya se puede presentar en varios momentos a los largo de la época de exámenes, es decir, me explico, puede ser de manera “anticipatoria”, si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen. Yo ya creo que padezco de ambas. Todo esto es un horror.

Nadie me puede decir que se producto de imaginación, … sale fuera de lo normal. En la mayoría de las ocasiones que padecemos esta ansiedad existe un agente real que la activa. Este agente real, o podemos llamarlo también sentimiento, puede ser sencillamente una experiencia anterior de bloqueo en un examen, o de haber sido incapaz de recordar respuestas sabidas. Típicas sensaciones que podemos llegar a sentir todos, aunque nos afecta de diferente forma.

Por otro lado aunque hayamos estudiado como animales, y esa preparación para el examen haya sido la correcta, la ansiedad puede estar debida a pensamientos negativos o preocupaciones. Puede que estemos pensando en exámenes anteriores, en cómo otros compañeros están haciendo el examen o en las consecuencias negativas que prevés de hacer un mal examen. Aunque claro está, es evidente, toda esta ansiedad podría también ser debida a una falta de preparación para el examen, ¡lo cual no deja de ser una buena razón para estar preocupado! ¿Qué estoy haciendo mal? Porque sí puedo decir que “pierdo” mi tiempo delante de los libros, estudiándomelos, para… ¿qué? Sufrir un ataque de ansiedad, de paranoia transitoria, que después de los exámenes desaparece para volver a contraatacar en la siguiente convocatoria… en fin, en estos últimos casos, los errores radican en la distribución del tiempo, malos hábitos de estudio o un “atracón” de estudio la noche anterior pueden incrementar considerablemente la ansiedad.

¿Qué me ocurre? ¿Será que todo esto me pasa a mi nada más? Aprender cosas nuevas es algo gratificante tanto intelectualmente como moralmente, pero cuando la época de exámenes se convierte en un estrés continuo, y un sinvivir que hace que tengas poco apetito, que no puedas parar quieto en un lugar, que no consigas conciliar el sueño, mal humor, y aun así te sientes mal porque no eres capaz de afrontar un examen, el cual se te pone cuesta arriba solo con pensarlo… Esto no debe ser bueno, ni saludable tampoco…

¿Cuándo suprimirán esta época? ¡Jajaja, ilusa de mí!